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Origen e historia de los guacamayos severos
La cría de guacamayo severo es originaria del sur de Centroamérica y el norte de Sudamérica. Es especialmente conocida en Panamá y Bolivia. También existen poblaciones en Brasil, donde se la conoce comúnmente como guacamayo verde brasileño. Esta especie también se ha introducido en Florida. Recibe el nombre de "severo" por su agresivo desarrollo en la adolescencia.
En estado salvaje, el guacamayo severo disfruta de bosques y hábitats de todo tipo, siempre que haya árboles disponibles. Generalmente prefiere zonas propensas a inundaciones fluviales. Puede ser difícil observarlo, ya que disfruta anidando en cavidades en lo alto de los árboles.
Los campos agrícolas ofrecen abundante alimento para estas aves. No es raro encontrar bandadas grandes y muy ruidosas buscando alimento en los campos temprano por la mañana. Estas aves pueden ser una molestia para los agricultores.
Los guacamayos severos suelen congregarse en collpas de arcilla con diversas otras aves. Estas colinas de arcilla, generalmente causadas por la erosión a lo largo de las riberas, son lugares populares para muchos loros. Se cree que la arcilla complementa su dieta, protegiéndolos de las toxinas presentes en sus alimentos y proporcionándoles minerales esenciales.1
Temperamento de la cría de guacamayo severo
Los guacamayos severos, que no se han criado en cautiverio durante tanto tiempo como otros loros, no han sido completamente domesticados. Siguen exhibiendo muchos de sus instintos, como abalanzarse y chillar. Sin embargo, al socializar desde jóvenes, pueden convertirse en mascotas ideales.
Amistoso y cómico, el guacamayo severo posee una personalidad descomunal que lo convierte en uno de los favoritos entre los amantes de las aves. Con una socialización adecuada, los guacamayos severos se conectan rápidamente con sus dueños, responden bien al entrenamiento, aprenden trucos y poseen una impresionante capacidad de comunicación.
Los guacamayos severos también son curiosos. Les encantan los rompecabezas y los juegos, y pueden enamorarse de las cosas brillantes. Mantén tus joyas fuera de su alcance; podrían dañarse accidentalmente.
Una característica única que parece fuera de lugar en esta amigable especie es que, por lo general, no les gusta que los toquen mucho. A menudo, se sienten más cómodos cerca de su dueño o sobre su hombro, pero en la mayoría de los casos, a este loro no le gustan los mimos ni las caricias.
Al igual que muchos loros, los guacamayos de comportamiento agresivo pasan por una etapa de fanfarronería al alcanzar la madurez. Esta etapa puede durar desde dos semanas hasta dos años. Si planea adquirir un guacamayo joven, deberá ser paciente y reforzar su entrenamiento durante los posibles períodos de embestidas, mordiscos, mordiscos, silbidos y resistencia general a la interacción. Por esta razón, los guacamayos preadolescentes podrían no ser adecuados para familias con niños pequeños.
Habla y vocalizaciones
Los guacamayos severos son uno de los loros que mejor hablan. Muchas de estas aves pueden hablar con una claridad sorprendente, y su voz aguda es muy agradable de escuchar. Además, pueden desarrollar un vocabulario extenso.
Sus vocalizaciones pueden ser divertidas y fabulosas para exhibir ante los invitados, pero esta ave puede resultar excesiva para algunos dueños y vecinos. Es un ave muy ruidosa para su tamaño, y se sabe que canta por la mañana, al mediodía y al atardecer. Es mejor ignorar los gritos indeseados en lugar de regañarla. Son aves inteligentes y con el tiempo aprenderán a distinguir el bien del mal.
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